Wolf Creek es una película australiana de terror y suspenso dirigida por Greg McLean, estrenada en 2005. Inspirada libremente en hechos reales, esta producción se ha convertido en un clásico del cine de horror contemporáneo por su atmósfera opresiva y su retrato brutal de la maldad humana.
La historia sigue a tres jóvenes mochileros: Liz, Kristy y Ben, que emprenden un viaje por carretera a través del remoto interior de Australia. Su aventura los lleva al cráter de Wolf Creek, un gigantesco agujero natural en medio del desierto. Lo que comienza como una excursión turística pronto se convierte en una pesadilla, cuando su auto misteriosamente deja de funcionar y son rescatados por Mick Taylor, un hombre local aparentemente amigable.
Sin embargo, al caer la noche, los jóvenes descubren la verdadera cara de Mick: un sádico asesino en serie que disfruta cazando y torturando a sus víctimas. La película destaca por su ritmo pausado al principio, construyendo una sensación de aislamiento y desolación que se intensifica a medida que los protagonistas se enfrentan a la violencia extrema y la locura del desierto.
Uno de los aspectos más aterradores de Wolf Creek es la actuación de John Jarratt como Mick Taylor. Con su mezcla de humor macabro, carisma rural y sadismo puro, el personaje se ha convertido en uno de los villanos más recordados del cine de terror australiano. Jarratt logra crear un asesino que es a la vez realista y escalofriante, sin necesidad de artificios sobrenaturales.
Visualmente, la película aprovecha la vastedad y belleza del paisaje australiano para aumentar la sensación de vulnerabilidad. La fotografía de Will Gibson combina tomas panorámicas del desierto con primeros planos angustiosos, sumergiendo al espectador en una atmósfera de tensión constante.
A pesar de su bajo presupuesto, Wolf Creek fue un éxito tanto en taquilla como en crítica, convirtiéndose en un título de culto dentro del género de terror. Posteriormente, generó una secuela en 2013 y una serie de televisión, ampliando el macabro legado de Mick Taylor.
En resumen, Wolf Creek es una experiencia cinematográfica intensa y perturbadora que explora los límites de la supervivencia humana y el horror real. Una obra recomendada para los amantes del terror psicológico y las historias de asesinos despiadados en paisajes inhóspitos.